25/03/2018
Parece que fue ayer… Pero no, ya hace más de dos años del rodaje de Trabucos y pistolas. Y ahora, poco después de ganar el premio a Mejor Cortometraje de Comedia en el I Filmmaker International Film Festival, hemos decidido abrirlo al público y que se pueda ver online.
Creo que ya lo he dicho prácticamente todo sobre este cortometraje, cientos de veces. El rodaje de ensueño que fue, lo genial que fue todo el equipo y lo insuperable que es el quinteto protagonista en cada uno de sus papeles. Lo que hoy voy a hacer es reflexionar sobre lo que Trabucos y pistolas es hoy.
Y es que quién me hubiera dicho cuando lo rodé que dos años después se convertiría en un corto tan actual. Escribí Trabucos y pistolas como una burla al orgullo masculino, una “oda a la estupidez del Hombre”. Por supuesto, había cierta crítica a cómo funciona el mundo, pero no pensaba que tan poco tiempo después se convertiría en un reflejo de la sociedad del momento. Es la imagen pura y dura de cómo se comportan las personas de quienes dependemos.
Trabucos y pistolas es España y Cataluña.
Es Donald Trump y Kim Jong-Un.
Es Rusia y Occidente.
Es los tuits con chascarrillos que se lanzan el 90% de nuestros políticos entre ellos, pareciendo becarios malos del Club de la Comedia.
Lo veo ahora y no creo que haya discusión sobre ello: el corto habla sobre eso de forma súper explícita, pero jamás me paré a pensar que estuviera haciendo un corto tan político. Hace solo dos años, las cosas no estaban como están ahora. Por supuesto, la historia real en la que se basa Trabucos y pistolas ya contenía algo de eso, y obviamente si haces una comedia sobre la desastrosa negociación para ganar o perder unas tierras a través de un concurso de longitud de penes vas a estar satirizando sobre la ineptitud de la gente en cuyas manos dejamos el devenir de nuestras vidas… Pero, de verdad, el tema principal y lo que me empujó a rodar no era eso. Y no puedo decir que este cambio de lectura me haga estar orgulloso… de nuestro mundo, por supuesto. Del corto sí que estoy orgulloso, y que tenga esta segunda lectura tan actual lo convierte en otra razón de oro para abrirlo al gran público. Quizá se hace viral, quién sabe. Creo que no les iría mal verlo a unos cuantos mandatarios, para que se sientan reflejados.
Y si no, al menos disfrutadlo todos vosotros. La comedia siempre trata sobre lo peor del ser humano (por eso, ahora que está tan de moda ofenderse por cualquier cosa, nos la censuran tanto oplítica como socialmente), y el humor es la mejor válvula de escape cuando las cosas van mal. Por eso Trabucos y pistolas llega a vosotros en el mejor momento.
Y en cuanto a mí y mis cortos, toca mirar hacia adelante, y el futuro tiene una pinta fabulosa… ¡En breves tendréis novedades!