17/10/2017
Este mes de noviembre, justo cuando se va a cumplir un año de mi primera obra en Microteatro Barcelona, me estrenaré como autor y director en el Microteatro de Madrid. Concretamente, me estrenaré la noche de Halloween (o de Todos los Santos, para los más puristas): ocasión de lujo para presentar en la capital española a los vampiros de Amor en vena, que asaltarán la sesión golfa de Microteatro Por Dinero cada jueves y viernes durante 4 semanas (la noche de Halloween, el martes 31 de octubre, es una ocasión excepcional).
¿Existe mejor forma de pasar la noche de brujas?
La idea de mandar la propuesta de “Amor en vena” a Madrid surgió cuando su protagonista, Alfons Nieto, me comentó durante los días de interpretaciones en Barcelona que tenía intención de ir a vivir a la capital española tras el verano. Obviamente, no lo dudé ni un segundo: visitar Madrid por motivos laborales y culturales siempre es un placer, y que el 50% del cast ya tuviera el texto y su personaje por la mano era una clara ventaja. Dicho y hecho, inscribimos el proyecto y le di libertad a Alfons para buscar una compañera de reparto para interpretar al personaje de Paula, que en Barcelona ya bordó Núria Montes. Al final la elegida ha sido Alba Brunet, y los ensayos han empezado viento en popa.
Todas mis obras de teatro hasta la fecha tienen un significado especial para mí y tal vez merecen un post aparte, pero no por ello dejaré de decir que “Amor en Vena” ocupa un lugar especial en mi corazón: muchas personas del público o incluso del staff de la sala se me acercaron en su día a dedicarme unas palabras muy bonitas tras verla. Sé que normalmente lo que mi público espera de mí es una comedia pura y dura, y supongo que les sorprendió el hecho de encontrarse con una historia de amor dulce y amarga a la vez, y con unos personajes a los que trato con una dulzura poco habitual dentro de la galería de personajes mezquinos y miserables que acostumbro a crear. Eso sí, sin renunciar a la comedia: no en vano la idea se me ocurrió tras ver la película Crudo (J. Ducournau, 2016) en el Festival de Sitges, al pensar en qué pasaría si a una persona vegana la convirtieran en vampira y se viera obligada a alimentarse a base de sangre.
En resumen, que a veces nos olvidamos de que las historias se cuentan para emocionar a un público, aunque puedan nacer de una neura personal del autor. Es fácil decir aquello de “yo escribo para mí, y si encima gusta a los demás pues genial” pensando sobre todo en la primera parte de la frase pero olvidando lo bien que sienta cuando ocurre la segunda: “Amor en vena” no fue mi obra más taquillera en Barcelona, pero sí la que me granjeó los comentarios más “bonitos” de buena parte del público.
Ahora toca esperar que se repita la experiencia en Madrid y así, si gusta, tal vez me libro de que me quemen en la hoguera. Ya saben, por aquello de ser catalán (eufemismo de “satánico” estos días).
PD: Y para el que quiera reservar las entradas, ya puede hacerlo entrando aquí.