30/12/2022
Como cada año, no falto a la cita para comentar lo mejor del año desde mi humilde perspectiva. Es cierto que no ha sido el año más activo en cuanto a mantenimiento de este blog (tengo aún pendiente el post sobre la presentación de mi largometraje “Delirium vitae” en el Pitching de las Jornadas Profesionales del Festival de Cine de Terror de Molins de Rei), pero no quería faltar a esta tradición anual.
Un año en el que he visto 60 películas de estreno y en cuyo ránking apenas han tenido cabida los blockbusters (y los que hay, por suerte, mantienen un cierto sello autoral que los aleja de ese olor a producción en cadena que tanto están explotando Disney o Warner con sus universos compartidos) y que ha dejado fuera el regreso de algunos autores a los que esperaba con muchas ganas, como Robert Eggers (y su The Northman), Alex Garland (y su Men) o Carla Simón (y ese Alcarràs que tanto ha dado de que hablar). Por contra, en el Top10 (+1: no podía dejar una fuera) final han entrado hasta 4 películas españolas, creo que el récord desde que hago esto: si Sorogoyen y Vermut ya me parecían los dos directores españoles más adictivos del momento, este año se han consagrado con dos de sus mejores películas, que coronan mi ránking personal. No es la única curiosidad: de las 10 películas, 4 han sido co-dirigidas por dos directores. El futuro del cine está en el colectivo.
Así que sin más dilación, aquí van mis 10 películas favoritas estrenadas este 2022:
1- AS BESTAS (R. Sorogoyen): la mejor película de Sorogoyen, que ya es decir viniendo de donde veníamos. La tensión que construye la película en sus dos primeros tercios, llenos de escenas donde “no pasa nada” pero que te clavan en la butaca, es prodigiosa y toca techo en ese maravilloso plano secuencia del bar en el que el protagonista de Menochet se enfrenta a los hermanos Zahera y Anido, un prodigio de escritura y dirección de actores. Pero la cosa no se resiente en su último tercio, arriesgadísimo con todos esos cambios narrativos y tonales y que vuelve a tener un súmum en la discusión madre-hija. “As bestas” está llena de escenas que en cualquier otra película serían “LA ESCENA”, y que aquí se suceden sin parar haciendo que el conjunto no deje de crecer.
2- MANTÍCORA (C. Vermut): Qué gran “creador de monstruos” es Carlos Vermut… o lo que sería lo mismo, qué gran creador de seres humanos. La película más incómoda del año, la que me ha dejado más mal cuerpo en mucho tiempo en el mejor de los sentidos, vuelve a ser un ejercicio en el que el fuera de campo y la elipsis te impactan y horrorizan mucho más que cualquier cosa que pueda enseñarte, algo en lo que Vermut ya se salía en “Magical girl”. Si el mundo es un lugar justo, vamos a ver a Nacho Sánchez con un Goya bajo el brazo, y a él y a Zoe Stein deberían rifárselos durante los próximos años en cualquier producción.
3- LA PEOR PERSONA DEL MUNDO (J. Trier): esta dramedia sobre la crisis de los 30, sobre el miedo al presente y al futuro, te acaba formando un agujero en el estómago y te regala una de esas escenas de culto para la Historia: el mundo se detiene literalmente y Julie (magnífica Renate Reinsve en su primer papel protagonista… y esperemos que no el último) corre para encontrarse sin remordimientos con el hombre al que quiere para vivir un día en el que nadie más existe. Pero es que a parte, la película también tiene un humor casi constante que recuerda al Woody Allen de “Manhattan”. No sé si será más por temas generacionales o cinematográficos, pero es de esas películas que me dieron ganas de volver a ver tal cual aparecieron los créditos finales.
4- DEADSTREAM (J. Winter, V. Winter): Joseph Winter escribe, dirige y edita junto a su esposa Vanessa la, en mi opinión, mejor comedia del año… que también protagoniza y cuya música compone. Un “yo me lo guiso, yo me lo como” que causó furor en los festivales de Sitges y Molins, que equilibra la comedia y el terror como hace años que no hacía una película y que tiene un dominio del gag y del tempo cómico envidiables. Y todo, en una opera prima. ¡Cuando se estrene comercialmente, no os la perdáis!
5- AFTERSUN (C. Wells): una de las últimas películas que he visto este año es esta preciosidad de Charlotte Wells sobre la relación entre una niña y su joven padre… o sobre los recuerdos que de ello tiene la niña cuando ya es mayor. De estas que, de nuevo, te piden un segundo visionado inmeditado, que te dejan reflexionando y pensando porque están llenas de capas y significados ocultos. Cada silencio y cada mirada transmiten y te hacen sentir la nostalgia, el amor y la soledad. La revista Sight&Sound la ha elegido mejor película del año y yo no podría alegrarme más.
6- THE BATMAN (M. Reeves): el regreso del Caballero Oscuro hiperboliza lo que siempre me atrajo más de su universo: más noir que acción (de hecho, lo más flojo de la cinta me parece su clímax, que casi parece una imposición del estudio para que haya un poco más de caña), con un estilo más oscuro y gótico que nunca y que no oculta los referentes de “Se7en” (y del estilo Fincher en general) o de “El silencio de los corderos” (esa escena eliminada es puro Hannibal-Clarice). A parte, POR FIN una película de este calibre equilibra los diferentes villanos y secundarios y todos tienen sus momentos de lucimiento: el Enigma de Paul Dano es el principal y está muy bien, pero es que ahí tenemos también al Falcone del siempre magnético John Turturro; al magnífico Pingüino de un irreconocible Colin Farrell; a la enigmática, sensual y frágil Catwoman de Zoe Kravitz; al Joker de Barry Keoghan, que con apenas un cameo (y la mencionada escena eliminada) ya nos hace salivar para el futuro; o incluso al comisario Gordon de Jeffrey Wright, un actor por el que hace años que siento debilidad. Así pues, esperemos que el Batman de Reeves se convierte en una saga de muuuchas películas…
7- PINOCHO (G. del Toro, M. Gustaffson): si el año pasado “El callejón de las almas perdidas” me dejó completamente frío, este año se ha estrenado la que por mí es la mejor película de Guillermo del Toro desde “El laberinto del fauno”, que se dice rápido. Esta película podría ser la respuesta perfecta a todos aquellos que formulan la fastidiosa pregunta “¿Hacía falta otra película de [insertar aquí el título que sea]?”: pues si son como este canto a la vida en stop-motion, rotundamente sí. Preciosa.
8- UNICORN WARS (A. Vázquez): y otra de animación, esta vez española y esta vez muchísimo más cínica, cruel y descarnada que la anterior. Si Alberto Vázquez ya dio la campanada con “Psiconautas”, esta vez lleva el concepto “historia de fantasía oscurísima pero con unos personajes cuyo diseño es una monada” hasta el paroxismo, donde los propios personajes ansían ser esa monada. Lo que podría empezar como una especie de comedia negra a la que su propio autor definió como “un cruce entre Apocalypse Now y Bambi” se convierte en una obra maestra rotunda gracias al volantazo de guion que hace en sus últimos compases y al giro final, con un mensaje autocrítico que te deja inevitablemente hecho polvo.
9- SCREAM 2022 (M. Betinelli-Olpin, T. Gillett): tenía miedo de un “Scream” sin Wes Craven ni Kevin Williamson, pero por otro lado reconozco que tengo una nada disimulada debilidad por esta saga… Y este reboot (o “recuela”, como ellos mismos destacan) es en realidad un gran homenaje a sus autores originales y al espíritu de la saga. No solo eso: es una celebración del terror más festivo, que no tiene miedo a reírse del tan de moda “terror elevado” y sus títulos de cabecera. En 2023 llega ya el siguiente episodio: vuelve a dar miedo que estiren tanto el chicle y la ausencia de Neve Campbell no me gusta… pero está claro que el nuevo equipo sabe lo que hace y no seré yo quien se la pierda.
10- 42 SEGUNDOS (A. Murrull, D. de la Orden): la historia del equipo de waterpolo de Barcelona ‘92 es una que ya conocía al dedillo desde hacía tiempo: me había leído el libro de Manel Estiarte y visto más de un documental, así que cuando vi que se había rodado la película de ficción hubo en mí una mezcla de curiosidad y escepticismo. Los miedos eran infundados: la película es modélica, una épica deportiva rodada con verdadero pulso y con uno de los personajes del año: Dragan Matutonovic, el seleccionador que bien podría ser el primo croata del J.K. Simmons de “Whiplash” y que roba cada escena en la que aparece.
10+1: EL MENÚ (M. Mylod): los productores y el director de varios episodios de “Succession” están detrás de esta mezcla entre comedia negra, thriller psicológico y terror con pequeños puntitos de gore que en realidad usa la alta cocina para hablar del arte y de cómo la “alta cultura” ha perdido la capacidad (o la voluntad) para disfrutarlo. Sí, hace lo mismo que “Ratatouille” pero con mucha más mala baba y con los siempre fantásticos Anya Taylor-Joy (¿ha hecho esta actriz alguna peli mala en su corta pero intensa carrera?) y Ralph Fiennes.
Por último, este 2022 me he saltado muchas de las “series del año”: todavía no he visto ni “Los Anillos del Poder”, ni “La casa del dragón”, ni “Severance” ni la cuarta temporada de “Stranger things”, por decir algunas. Otra, “Los ensayos”, me está gustando mucho pero acabo de empezarla y apenas llevo tres capítulos.
Sin embargo, no quería dejar pasar la ocasión de recomendar mi Top5 Series particular de lo que sí he visto este año:
1- BETTER CALL SAUL (T6): como ya pasara con “Breaking Bad”, “Better call Saul” no ha dejado de crecer a cada temporada que pasaba, y la última ha sido la mejor de todas. Como la serie madre, esta fue una serie que decidió cocerse a fuego lento para explotar en una última tanda de episodios que no pararon de sorprender. Despedirse de Nacho Varga, Gus Fring, Lalo Salamanca, Howard Hamlin,… cada uno a su manera perfecta para llegar a esos últimos capítulos en blanco y negro, secuela directa de “Breaking Bad” y cerrando de forma inmejorable los arcos de Jimmy McGill y Kim Wexler. Se ha ganado su lugar en el Olimpo de las series.
2- WHITE LOTUS (T2): la miniserie “White Lotus” fue una de las mayores alegrías seriéfilas del 2021, y que Mike White decidiera convertirla en antología ha sido un gran regalo para este 2022. Esta segunda tanda en Sicilia ha mirado de cara a la primera temporada, que todos creíamos inmejorable, y nos ha dejado varios personajes y escenas para el recuerdo… encabezados por esa Jennifer Coolidge y su final en el último episodio.
3- SUCCESSION (T3): este año he empezado “Succession” y he entendido por qué está arrasando a cada temporada de premios a que se presenta. No soy de hacer maratones de series, pero me tragué la primera temporada en una semana. Con la segunda me lo tomé con más calma, pero la tercera, que ya empieza de forma frenética, ha vuelto a ser adictiva: cuando te cuesta decidir tu personaje favorito en una serie, es que hay algo que se está haciendo muy bien. No puedo esperar a la cuarta.
4- PAM AND TOMMY (Miniserie): el año empezó con esta miniserie sobre el “primer vídeo porno viral de la historia”, con Pamela Anderson y Tommy Lee de protagonistas interpretados por unos enormes Lily James y (sobre todo) Sebastian Stan. Empieza siendo absolutamente excesiva (inolvidable ese diálogo de Tommy con su miembro en el segundo episodio) y acaba teniendo un discurso mucho más convencional de lo esperable, pero la diversión está asegurada. Que tras las cámaras esté el responsable de “Yo, Tonya” dice mucho de por dónde van los tiros.
5- BARRY (T3): Menos cómica que las dos temporadas anteriores, este año “Barry” ha decidido acercarse más al existencialismo y la complejidad de las grandes obras maestras de la época dorada de HBO. Qué gran director es Bill Hader: esa persecución en moto, dirigida de la forma menos hollywoodiense posible, es para mí una de las grandes escenas que nos ha regalado una pantalla (grande o pequeña) este año.