30/12/2018
Y siguiendo con la costumbre y con lo iniciado en el anterior post con el Top10 Mejores Películas del 2018, empezamos a destripar las 5 peores películas de estreno que he visto en este 2018 (por supuesto, todo según mi humilde opinión):
1- 15:17 TREN A PARÍS (C. Eastwood): Por suerte mi mente casi se había olvidado de esta película, pero al verla en la lista no he podido evitar incluirla aquí. La verdad es que es una película fácil de olvidar, porque lo que es pasar… No pasan demasiadas cosas. Lo relevante de la historia (el intento de atentado en el tren de marras del título) dura 15 minutitos y tampoco ofrece nada que no hayamos visto mil veces en otras películas. Antes de eso (que es el clímax de la película) nos tenemos que tragar un eurotrip de sus cruasanes protagonistas en el que les vemos hacerse selfies, tontear con chicas y alabar al ejército norteamericano (alabanza que se extiende al mensaje final de la película… ugh). A todo eso, lo de elegir a los verdaderos protagonistas que vivieron esa experiencia como “actores” (es un decir) de su propia película debe de haber sido el error de cásting más grande del siglo, y el resultado de todo ese cóctel es una de las películas más ridículas que he visto nunca.
2- HAN SOLO: UNA HISTORIA DE STAR WARS (R. Howard): Como alguien que se lo pasó genial en las tres películas galácticas previas de la era Disney (“Rogue One” y los episodios 7 y 8) y que las defendía contra los que decían que lo único que la casa del ratón quiere de la saga galáctica es exprimir al máximo la gallina de los huevos de oro, debo comerme mis palabras en esta ocasión. Hay que decir que el proyecto siempre me dio una mala espina horrible, pero acabé yendo a verla engañado por un colega y… fue aún peor de lo que esperaba. Tengo que decir que normalmente me gusta lo que hacen tanto Ron Howard como el tándem Lord-Miller (artífices de la gran “La Lego película”), por no hablar de que Lawrence Kasdan fuera el encargado del guion… Pero qué pena y qué desperdicio. ¿Que vas a contar como Han conoce a Chewbacca? Pues cúrratelo un poco, hombre, y aprende de las buddy movies de toda la vida: no hagas que al minuto 10 ya sean mejores amigos y tengan la misma relación a la que estamos acostumbrados. Y como esta oportunidad perdida, miles de ejemplos más (lo ridículo del origen del apellido “Solo” y el cameo sorpresa final son de traca y de obligada mención). A destacar, además, lo mala que era la dirección de fotografía, algo sorprendente en un blockbuster de este calibre y que hasta hacen notar en el Honest Trailer y el How Should Have Ended de la película.
3- CLÍMAX (G. Noé): Me duele en el alma incluir a esta película en el top5 de lo peor del año, porque significa estar en desacuerdo con mi querido Festival de Sitges (que le dio el premio a mejor película en el certamen de este año), pero las cosas como son: al señor Gaspar Noé deberían haberle enseñado en la escuela de cine lo que son los picos de intensidad dramática, y así no habría hecho esta película donde intenta estar todo el rato al máximo nivel de “chunguez”. Y es que si el momento más impactante lo metes en el minuto 45 (la paliza a la chica embarazada) y a partir de ahí la película ya no tiene ni un solo giro y solo se trata de asistir al mal viaje de todos los protas inducido por las drogas… Pues como espectador uno se queda totalmente anulado y aburrido. Para un servidor, experimento fallido con mucha forma pero poco contenido.
4- TULLY (J. Reitman): Otra película que de esas que apenas recuerdo y que es como si no hubiera visto, de lo plana que me pareció. Solo recuerdo que el supuesto giro final (la identidad de Tully) se veía venir desde el minuto 5 (tampoco es que la sutileza fuera su fuerte en lo que a tema de la película se refiere).
5- SUSPIRIA (L. Guadagnino): Y seguimos con mi triste relación con el Festival de Sitges ’18 incluyendo a la película inaugural del certamen: ¡suerte que Assassination Nation salva la papeleta! Por lo visto “Suspiria” dividió a la crítica, y yo me postulo en el bando negativo. Eso sí, al contrario que en los anteriores 4 casos, en esa película vi ideas interesantes (tanto temáticas como estilísticas), e incluso alguna escena magistral para el recuerdo (ese baile de Dakota Johnson conectado con su compañera en la sala de los espejos). Lamentablemente esto no saca que las más de dos horas y media duración se hicieran notar de forma interminable. Hacía muchos, muchos años (de hecho ni me acuerdo) que no miraba el reloj en una sala de cine… y con esta lo hice repetidas veces.
Y volvemos a terrenos más agradables con LAS 5 MEJORES SERIES DEL 2018.
En el año del retorno de Arrested Development, esperaba fervientemente incluir a los Bluth en esta lista, pero no ha sido posible: esta (media) quinta temporada ha sido claramente la más floja de la serie hasta la fecha (aunque el peor capítulo de esta serie me sigue regalando más risas que la gran mayoría de sitcoms, todo hay que decirle), y otras series le han pasado por delante de carrera. De hecho ha habido series tan buenas, que hasta se ha quedado fuera la segunda temporada de Westworld, a la que le doy una pequeña mención porque me lo pasé muy, pero que muy bien.
Vaya por adelantado también que este año me he tragado las tres temporadas de Fargo emitidas hasta la fecha, y si alguna de ellas se hubiera estrenado en 2018 presidiría la lista de aquí abajo. Sinceramente, no sé por qué he tardado tanto en decidirme a verla, pero espero que Noah Hawley siga regalándonos más temporadas a ese nivel durante muchos años más. Como serie-antología (en realidad son tres mini-series cerradas, no una serie) es inevitable tener gustos personales, y aunque en mi caso la primera temporada se mantiene como la favorita, las tres tienen tal cantidad de detalles a destacar que me podría pasar horas hablando sobre cada una de ellas. Un MUST.
Pero vamos con los mejores estrenos en televisión de este 2018:
1- BOJACK HORSEMAN (T5): directamente, la mejor serie del panorama actual (con el permiso de la mencionada Fargo). Cuando crees que una temporada toca techo, llega la siguiente y la supera. Chapó, y ya no solo por lo de siempre, si no por jugar a lo largo de toda la temporada con el caso Weinstein y el movimiento #MeToo de la forma más valiente, compleja, atrevida, desprovista de sensacionalismos y ¿divertida? que se podía hacer. Llegan a hacer algo así en España y ya estarían o censurados o con alguna denuncia. Todos los adjetivos se quedan cortos para una serie que va un paso más allá en la tendencia del antihéroe, y no solo lo estudia a él como a personaje si no al impacto de un personaje así en el público. En serio, dejad de leerme y poned Netflix.
2- WILD WILD COUNTRY: quién habría dicho que una serie documental iba a ser la serie de la que todo el mundo habla. Pero es que la historia de Osho en EEUU no solo tiene miga, sino que la forma en que han construido esta serie los hermanos Duplass y la cantidad de material conseguido es… Uau. A ver qué guionista te construye un thriller ficticio a la altura de esta historia real. Y sí, Sheela es el personaje del año del mundo catódico.
3- WHO IS AMERICA?: Tenía mis dudas sobre si Who is America? es realmente una serie o si por contra es un “programa”, ya que no dejan de ser reportajes hechos por los personajes de Sacha Baron Cohen… Pero bah, esta es mi lista y pongo yo las normas, ¿no? Y si las películas Borat y Brüno eran cine, ¿por qué no va a ser Who is America? una serie de televisión? En fin, directos al grano: ésta serie sí que debería verla todo el mundo, y al que le incomode, dos piedras. A ratos sobrepasa el humor (negro, siempre negrísimo) para dejarte directamente en el terreno de lo incómodo y del mal cuerpo, y uno se pregunta cómo es posible que no haya habido detenciones o investigaciones a ciertos personajes a los que Baron Cohen deja en evidencia. A destacar los personajes del italiano Gio Monaldo, el israelí Erran Morad, el youtuber OMGwhizzboyOMG, el expresidiario Rick Sherman,… Todo un arsenal de personajes que nada tiene que envidiar a los clásicos Ali G, Borat y Brüno; y una serie para comprobar que el mundo sigue estando (y nunca ha dejado de estarlo) loco, loco, loco.
4- BETTER CALL SAUL (T4): condenada a ser nombrada siempre con la muletilla “el spin-off de Breaking Bad”, la serie sobre el nacimiento de Saul Goodman es otra que no para de crecer año tras año. Sin el odioso Chuck McGill de por medio, pero con su fantasma todavía muy presente, la cuarta temporada ha sido la mejor de todas hasta la fecha, y anuncia una quinta que promete ser lo que todos ansiábamos desde el principio. Si a eso le sumamos el anuncio de que Vince Gilligan prepara una película sobre Jesse Pinkman, solo me queda desearle al año nuevo que si el nivel va a seguir siendo ese, este señor no se canse nunca de su particular universo de drogas, narcos y corrupción en Albuquerque.
5- THE END OF THE F*CKING WORLD (T1): una temporada que pasa como un soplo (apenas son 8 capítulos de 20 minutos), y que al ser de Netflix da hasta pena que no la puedas saborear durante más tiempo de forma más dilatada. Con la pareja de protagonistas más entrañablemente gamberra que recuerdo desde Misfits, es imposible no caer rendido ante ella. Babeando por la segunda temporada.